La ansiedad y el estrés de la pandemia se me salieron de control en mi forma de comer y para remediarlo decidí ir a Ana en noviembre de 2020. Ana adaptó los menús no solo a mis gustos y preferencias alimentarias sino también a mi estilo de vida. Recuperé el control sobre la comida (incluso durante la Navidad) y eso me ayudó a reducir el estrés y la ansiedad en otras áreas de mi vida. Cuando comencé un nuevo trabajo donde la comida está incluida (es decir, no la preparo yo), Ana también me ayudó a adaptarme. Aunque mi objetivo no era perder una determinada cantidad de kilos (pesar y medir siempre es opcional con ella), desde noviembre hasta ahora he perdido unos 8 kg de grasa corporal sin sentir en ningún momento que me estaba privando de lo que me gustaba. o que se estaba muriendo de hambre. Lo que destacaría del trabajo de Ana es que no centra su trabajo en “hacer dietas” sino realmente en un cambio de hábitos, adaptándolo siempre a la situación y gustos de cada uno. Asimismo, fomenta la autonomía de sus pacientes y en cuanto consideró que yo era capaz de seguir por mi cuenta, me lo hizo saber. ¡Definitivamente la recomendaría con los ojos cerrados!